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¿Alguna vez has sentido que un proyecto se desborda hasta el punto de perder el control?

Por: Ibex​​

¡La metodología Waterfall puede ser tu salvavidas! Este enfoque de la gestión de proyectos se basa en la planificación y la documentación exhaustiva en cada etapa, aportando claridad y estructura a tus proyectos. 

¡Continúa leyendo este artículo y aprende más!

Vamos a conocer un poco sobre la historia de esta metodología para entenderla mejor.

El modelo de cascada o Waterfall fue creado por Winston Royce en 1970 en su ensayo titulado Managing the Development of Large Software Systems. A modo de alternativa, Royce presenta un modelo iterativo incremental en el que cada una de las fases se basa en la anterior y verifica los resultados de esta.

¿Cómo funciona el modelo en cascada?

La metodología Waterfall es un enfoque lineal y secuencial en el que el progreso de un proyecto se ve como un flujo constante hacia abajo, como una cascada, a través de diferentes pasos. Es decir, divide el proyecto en distintas fases secuenciales.

Ninguna etapa comienza hasta que se ha completado la anterior, y la finalización de cada fase es terminal: la gestión en cascada no permite volver a una fase anterior. La única forma de volver a una fase es empezar de nuevo en la fase uno.

La planificación es fundamental en el modelo en cascada, ya que, si no se realiza bien, una fase se retrasará y empujará a todas las demás, con lo que todo el proyecto se acabará retrasando.

Esta metodología es muy utilizada por los project manager debido a tener una estructura con pasos claros y definidos que permiten tener todo bajo control. Industrias como la construcción, TI y desarrollo de software la utilizan con frecuencia.

Su aplicación consiste en una serie de pasos: 

  • Análisis: planificación, análisis y especificación de los requisitos.
  • Diseño: diseño y especificación del sistema.
  • Implementación: programación y pruebas unitarias.
  • Verificación: integración de sistemas, pruebas de sistema y de integración.
  • Mantenimiento: entrega, mantenimiento y mejora.

A continuación se desarrollarán cada una de ellas: 

Análisis

En esta primera etapa, se evalúa la viabilidad del proyecto, que incluye costos, rentabilidad y qué tan factible de ser realizado es. Además, se definen los requisitos. La viabilidad define como resultado una serie de condiciones, un plan y una estimación financiera. Asimismo, puede incluir una propuesta para el cliente.

Diseño

La etapa de diseño de Waterfall involucra una solución con base en las estrategias y tareas provenientes de la fase de análisis. Se ejecuta el diseño (por ejemplo, de software) con su arquitectura correspondiente. 

Implementación

En esta etapa, se incluye fundamentalmente la puesta en práctica, tal como la programación del software, la búsqueda de errores y pruebas que sean necesarias. Las pruebas son unitarias, puesto que se hacen por separado de los distintos componentes pra luego hacer una prueba general del producto final.

Verificación

En esta instancia, se incluye la integración de software en donde debe ir. Se analiza que cumple con las exigencias que se han definido en los pasos anteriores. Si las pruebas funcionan correctamente, ya está listo para su lanzamiento oficial.

Mantenimiento

Incluye la entrega, el mantenimiento y la mejora del software en cuestión. Se vela por su correcta aplicación y su uso eficaz.

Ben Aston The Digital Project Manager explica: “El diagrama de cascada” suele verse con cierto desprecio como un enfoque de gestión de proyectos tradicional, ineficiente y fuera de moda. No obstante, puede ser una metodología útil y predecible si los requisitos son fijos, están bien documentados y son claros, si la tecnología se entiende y es madura, si el proyecto es corto, y si no se obtiene ningún valor adicional de “ser ágil”. Una metodología de cascada puede efectivamente ofrecer un resultado final más predecible en términos de presupuesto, línea del tiempo y alcance”.

Las desventajas del modelo Waterfall

La cascada es una metodología respetada, pero últimamente ha encontrado ciertas críticas como modelo obsoleto. Las limitaciones de la metodología podrían resultar más evidentes según la envergadura, el tipo y los objetivos del proyecto que guía. En lugar de adaptar tu organización a las pautas de la cascada más adelante, considera estas limitaciones para evaluar si la cascada se adapta a las necesidades de tu equipo.

1. Dificulta los cambios

La metodología Waterfall se basa completamente en seguir una serie de pasos que hacen que los equipos siempre avancen. Esta metodología, en su forma tradicional, no deja prácticamente ningún lugar para cambios o revisiones imprevistos. Si tu equipo ha seguido fielmente los pasos de la cascada casi hasta la finalización del proyecto, pero encuentra un obstáculo no planificado que requiere un cambio de alcance o de objetivos, cambiar no será fácil. Habrás dedicado una importante cantidad de trabajo a un proyecto con supuestos muy específicos y rígidos. Un cambio súbito en los parámetros del proyecto podría hacer que mucho del trabajo ya efectuado hasta ese momento resulte inútil, lo que puede derrumbar toda la línea del tiempo.

Si los proyectos de tu equipo son impredecibles o implican cambios frecuentes, considera adaptar la cascada para permitir más espacio para la reflexión y la revisión sobre la marcha, en lugar de hacerlo únicamente al final, y así evitar el derroche de tiempo y energía. Si decides optar por esta vía, personaliza una plantilla de Lucidchart según la versión de la cascada de tu equipo para que todos conozcan cómo usar el proceso ajustado.

2. Excluye al cliente o al usuario final

Como proceso interno, el modelo de cascada se concentra muy poco en el usuario o el cliente final de un proyecto. Su principal objeto siempre ha sido ayudar a que los equipos internos avancen más eficientemente por las distintas fases del proyecto, lo que puede funcionar bien en el mundo del software. No obstante, si trabajas en una industria distinta del software, los clientes suelen querer participar durante un proyecto, aportando sus opiniones y aclarando lo que quieren a medida que el proyecto avanza.

Si tus proyectos tienen metas claras e invariables desde el principio y no tienes la responsabilidad de informar a los usuarios o clientes finales durante el proceso de desarrollo, la metodología de cascada probablemente funcionará bien para tu equipo. En los demás casos, considera una metodología ágil para anticipar mejor los cambios y mantener informados a los interesados durante toda la vida del proyecto. Si les das participación a los interesados, bajas el riesgo de pedidos tardíos de cambios que afecten las fechas de entrega de tu proyecto.

3. Retrasa las pruebas hasta después de la finalización

Dejar la fase de pruebas para la última mitad de un proyecto es riesgoso, pero la metodología de cascada insiste en que los equipos esperen hasta el paso cuatro de seis para probar sus productos. Fuera de la industria del software, la fase de pruebas podría significar mostrarle un nuevo diseño de un sitio web a un cliente, hacer una prueba A/B del contenido o tomar una serie de pasos para obtener datos empíricos sobre la viabilidad del proyecto. En este punto, es probable que el proyecto haya demandado una cantidad importante de tiempo, por lo que las grandes revisiones podrían causar grandes demoras.

La metodología ágil se creó en respuesta directa a este principio de la cascada. Los críticos del método de cascada consideraron que había demasiadas posibilidades de que los problemas pasen inadvertidos hasta que el proyecto estuviera próximo a ser completado, lo que hacía que los cambios grandes y costosos fueran la única solución. Si consideras que las pruebas frecuentes serían más útiles para tu equipo, implementa las pruebas al final de cada etapa del proyecto para que no avances hasta saber que todo está bien. También puedes considerar otra metodología de gestión de proyectos que promueva la reflexión y la revisión a lo largo de todo el proceso.

Ventajas de la gestión de proyectos Waterfall

1. La documentación coherente facilita el análisis retrospectivo

Cuando implementas el proceso de gestión de proyectos waterfall, estás documentando cada paso. Por lo que puede resultar beneficioso, por ejemplo, detectar errores con facilidad cuando el equipo tenga que revisar los procesos. También es excelente para crear procesos repetitivos para miembros nuevos del equipo, tal como se mencionó antes. 

2. Es muy fácil dar seguimiento al progreso

Cuando elaboras un proyecto en cascada con un diagrama de Gantt, te resultará muy fácil dar seguimiento al progreso. El cronograma mismo sirve como barra de progreso, para que siempre quede claro en qué etapa se encuentra el proyecto.

3. Administra el tiempo con efectividad

Dado que para implementar la metodología en cascada se trabaja mucho en la planificación durante las fases de requerimientos y diseño, es más fácil estimar cuánto tiempo habrá que destinar a alguna parte específica del proceso en cascada.

¿Qué te ha parecido este artículo sobre la metodología Waterfall? ¿La has aplicado en tu empresa? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios! 

Te invitamos a compartir este artículo en tu empresa para llevar una mejor gestión de sus proyectos y poner manos a la obra para gestionar como todo un profesional.

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